Apego seguro en la edad adulta
- psicosalut
- 2 abr
- 8 Min. de lectura
Un tema que suelo tratar en mi consulta por las consecuencias que tiene en nuestra vida.
El estilo de apego desarrollado por una persona en su infancia influye de manera significativa en los procesos de elección de pareja, así como en la calidad de las relaciones afectivas que establecerá en la edad adulta. Del mismo modo, los estilos de apego están profundamente relacionados con la satisfacción conyugal o una elevada satisfacción en las relaciones de pareja.
Siendo la combinación de dos personas con apego seguro en la relación de pareja la que está asociada con niveles de satisfacción más altos y la combinación de un miembro con apego evitativo y otro miembro con apego desorganizado, el asociado a niveles más bajos.
Cómo desarrollar un apego seguro en la edad adulta
Las personas con un estilo de vinculación inseguro suelen sufrir bastante y tener problemas en sus relaciones. Por ello, si quieres desarrollar un apego seguro en la edad adulta, te cuento cómo hacerlo.
Cada uno de nosotros poseemos un estilo de apego; esto es, una forma de vincularnos con los demás afectivamente. Este estilo viene determinado por la relación que establecimos con nuestras principales figuras de cuidado en la infancia; pero también, y en menor medida, por experiencias posteriores con amigos, compañeros y parejas románticas.
Si nuestro estilo de vinculación no es el más apropiado, podemos sufrir mucho a lo largo de nuestra vida.

Lo cierto es que no es una tarea sencilla modificar esta tendencia que tan bien aprendimos durante nuestros primeros años. Hará falta un importante trabajo personal que no siempre resulta cómodo realizar. Sin embargo, matizar estas actitudes y aprender a relacionarnos desde la confianza puede suponer un enorme y positivo cambio.
Los estilos de apego
Hagamos un breve repaso por los diferentes estilos de apego.
El estilo de apego de una persona comienza a formarse durante los primeros años, en función de la atención y los cuidados que el bebé recibe. Así, pueden diferenciarse cuatro tipos de apego:
Apego seguro: se forma cuando los cuidadores son sensibles y receptivos a las necesidades del niño y responden de forma consistente. Ese pequeño crece sintiéndose amado y seguro, es capaz de confiar en otros y tiene un buen concepto de sí mismo.
Apego evitativo: en este caso los cuidadores ignoran las necesidades y las llamadas de atención del bebé, no cuidan ni responden a sus emociones. Al crecer, este niño aprende a reprimir lo que siente y a ser excesivamente independiente. Evita por todos los medios mostrarse vulnerable y no puede confiar en los demás, no intima emocionalmente.
Apego ambivalente: se crea cuando los cuidadores son inconsistentes e impredecibles; en ocasiones responden con rapidez y amor a las demandas del niño, y en otras se muestran hostiles y desinteresados. Esto crea una sensación de ansiedad e inseguridad que lleva al niño a no sentirse valioso y a tener que asegurarse constantemente el afecto y la presencia de quienes ama.
Apego desorganizado: se forma cuando el pequeño vive abusos, negligencia grave o abandono. Presenta entonces una mezcla de síntomas ambivalentes y evitativos, puede tener conductas explosivas, gran frustración y un fuerte rechazo (y a la vez anhelo) de vínculos emocionales.
¿Cómo desarrollar un apego seguro en la edad adulta?
Lo ideal, en términos de felicidad personal y éxito en las relaciones, es tener un apego seguro. Cualquiera de los otros casos nos traerá complicaciones, dolor y frustración. Afortunadamente, hay algunos pasos que podemos dar para matizar nuestro estilo de apego, incluso siendo ya adultos.
El reto del apego evitativo
El reto para una persona con apego evitativo es aprender a confiar y permitirse crear intimidad emocional. Así, es importante atender a las siguientes cuestiones:
Comprender de dónde surge este apego evitativo y sanar las heridas infantiles. Es necesario aceptar que en cierto punto llegamos a sentirnos rechazados o minimizados, y que por eso huimos de la intimidad. Igualmente, hay que tomar conciencia de que ese rechazo no tiene por qué volver a ocurrir y que, si sucede, ahora somos adultos y podemos afrontarlo. Los muros que hemos levantado no nos protegen, nos mantienen aislados.
Es fundamental dejar de evitar, ya que este mecanismo no nos permite avanzar. Piensa qué situaciones evitas (por ejemplo, las discusiones que impliquen sentimientos o el compromiso en las relaciones) y permítete irlas afrontando. Ve dando pasos, aunque te saquen de tu zona de confort.
Adquiere alguna herramienta que te ayude a gestionar la inseguridad que te genera vincularte emocionalmente con otros. La respiración diafragmática es una técnica sencilla que te permitirá volver a tu centro y tomar mejores decisiones cuando surja el impulso de huir. La forma más sencilla es la de centrarte en vaciar tus pulmones de aire totalmente y luego sin esfuerzo dejar que el aire vuelva a llenarlos, repitiéndolo unas cuatro o cinco veces.
Aprende a expresar tus emociones sin ocultarte y mostrándote vulnerable. Tu pareja necesita saber qué sientes, qué deseas y necesitas. Sé asertivo y comienza a abrir tu interior.
El reto del apego ambivalente
Si tienes un apego ambivalente, tu reto es superar la dependencia emocional, dejar de buscar desesperadamente el amor y la presencia de las otras personas. Para esto, puedes tomar las siguientes pautas:
Entiende que tus actitudes surgen de un niño herido que se sintió confuso, carente de afecto y no aceptado incondicionalmente. Es por esto por lo que hoy te sientes siempre inseguro y necesitas asegurarte constantemente de que los demás te quieren y están ahí para ti. Recuerda que ahora eres un adulto y no dependes de nadie para sobrevivir.
Es fundamental que refuerces tu autoestima, trabajes en tu amor propio y comiences a darte eso que tanto anhelas de los demás. Esto es, amor incondicional, aceptación, consuelo y apoyo. Priorízate, ocúpate de ti y de tus necesidades y mejora la relación contigo mismo. Autocuidado y autorrespeto.
Cuida tu diálogo interno y las inferencias que haces de la conducta de los demás. En este estilo de apego es común estar muy alerta ante el comportamiento de los otros y preocuparse y culparse ante cualquier cambio en ellos. En lugar de pensar que es tu culpa, que has hecho algo mal y que van a dejar de quererte, procura ajustar tus pensamientos y no dejarte llevar.
Puede ser muy positivo que amplíes tu círculo social con personas nutritivas y enriquecedoras. Para las personas que necesitan y disfrutan la intimidad emocional, tener relaciones significativas es importante. Esto ayudará a no recargar toda la responsabilidad y las expectativas sobre tu pareja.
El Reto del apego desorganizado
En el caso del apego desorganizado, puede ser necesario trabajar en las dos vertientes anteriores para desarrollar un apego seguro. Sin embargo, dado que este estilo de apego surge de un trauma complejo vivido en la infancia, y aunque es bueno buscar apoyo en un profesional en todos los tipos de apegos en este será de lo más recomendable.
Sanar el pasado, aprender a gestionar los disparadores de ansiedad y a vincularse sanamente puede ser especialmente difícil en este caso; por tanto, la psicoterapia será de gran ayuda.
Desarrollar un apego seguro es posible
Ciertamente, trabajar el apego es una de las cuestiones más complicadas, por lo arraigado que se encuentra desde tanto tiempo atrás. Sin embargo, todos podemos superar nuestro estilo de apego inseguro y avanzar hacia una mayor seguridad, confianza y bienestar.
TÉCNICAS DE PSICOTERAPIA BREVE APROPIADAS PARA EL TRATAMIENTO EN EL MODELO DEL APEGO
1. La Autobiografía
Se trata de la narración de vida o la historia hecha por la propia persona sobre ella misma. La autobiografía puede ser una de las mejores formas para conocer cómo una persona entiende el mundo.
Es también una buena forma de conocer a un paciente y además implica la necesidad de organizar de forma cronológica y significativa hechos de la vida que seguramente pueden estar desordenados, olvidados o sumidos en un gran caos.
Ayuda al paciente a organizar y encuadrar los problemas que quiere traer a consulta. Escribir es una actividad terapéutica que genera una gran capacidad de mentalización y claridad para representarse a uno mismo. El paciente se muestra a sí mismo como él se ve, si se le pide además que se despoje de cierta autocrítica habitual y se describa en tercera persona se potencia la autoobservación y, por tanto, se facilita la toma de conciencia de sí mismo y de los problemas que le afectan, además de establecer hipótesis causa efecto de las que nunca había sido consciente.
Dialogar y elaborar con un profesional los contenidos del relato personal biográfico. Re-etiquetar y re-significar parte de su historia o de sus momentos más traumáticos.
2. El Genograma
Teniendo en cuenta la importancia del funcionamiento familiar en el establecimiento de vínculos y apego será especialmente interesante tener en consideración el genograma del paciente. Es la representación gráfica de la familia, se incluye la familia extensa. Permite una organización visual del grupo familiar. Promueve la formulación de hipótesis. Facilita la organización del trabajo terapéutico y diagnóstico. La evolución de las familias ha cambiado mucho en los últimos tiempos y por tanto esta información es muy importante. El genograma es un registro que permite realizar un screening familiar que de antemano puede ofrecer información relevante sobre la situación psicosocial de las generaciones familiares precedentes al paciente.
3. La Revisión Paterno/Materna
Nos permite valorar la capacidad de representación de esas experiencias, la claridad en la forma o el grado de objetividad aparente en las descripciones de sus recuerdos. Le vamos a pedir al paciente por ejemplo que utilice cinco adjetivos para calificar a su padre, pero además le vamos a solicitar que lo ilustre con un ejemplo. Entraña dificultad acceder a los recuerdos de las experiencias que pedimos que traigan a la sesión. Por ello funciona como un instrumento de indagación de las condiciones de parentalización del paciente.
Por último, otras de las técnicas que suelo utilizar en la consulta, es:
4. La Foto biografía
Al elaborar la historia de vida al inicio de la terapia, la autobiografía puede ser una de las mejores formas de conocer al paciente (la perspectiva que tiene del mundo y de sí mismo). El uso de la foto biografía surge en un contexto narrativo. Es una técnica de recolección de datos por medio de la fotografías, en la cual la persona va narrando fragmentos de su vida con sus propias palabras, señalando los acontecimientos y experiencias más importantes y atendiendo los sentimientos y las emociones que esto le genera". Hay varias fases para trabajar en foto biografía, en la primera se establece la selección de las fotos, el/la paciente aporta una amplia variedad de fotos, de las diferentes épocas de su vida. Debe ser un material significativo para el paciente. Se va haciendo después un trabajo lineal generalmente cronológico, en profundización de cada una de las fotografías, cada una implica un evento, un significado, una relación, una emoción, una sensación corporal.
Posteriormente, se van creando relaciones entre las distintas fotografías, asociándolas a su línea de vida, permitiéndole al paciente crear una nueva narración sobre si mismo, una nueva línea argumental sobre los hechos vividos.
Se produce un trabajo de integración entre las sesiones que finaliza con una nueva historia de la vida del paciente. Se da una nueva reasignación causal, un reajuste emocional y una reestructuración cognitiva importante en la mayoría de los casos. Finaliza la técnica con una integración global de su historia.
La psicoterapia breve basada en el apego comparte muchas características con otro tipo de psicoterapias breves.
Es de tiempo limitado, es integradora porque recurre a técnicas rogerianas, dinámicas y cognitivo conductuales, está estructurada y persigue objetivos específicos y consensuados.
Normalmente las sesiones son de unos 45 minutos y se realizan en torno a 10 ó 15 sesiones por paciente.
En ella se trabaja para examinar la base segura y fomentar la función reflexiva desde un enfoque psicodinámico, se persigue dotar a los/as pacientes de capacidades asertivas y se reestructuran los modelos internos de trabajo desde una perspectiva cognitivo conductual.
Las sesiones siempre comienzan con 15 minutos para que el paciente exponga cómo ha ido la semana y después se pasa a desarrollar el trabajo previsto para esa sesión.
El cambio llevará tiempo y en muchas ocasiones surgirán de nuevo esas antiguas tendencias, pero con conciencia, perseverancia y trabajo personal podremos aumentar nuestro bienestar y la calidad de nuestras relaciones.
Helen Flix
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